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Los estancos frente al 2025: un año de retos y cambios

El 2024 ha sido un año intenso para los estanqueros, marcado por las propuestas de modificación de la Ley 28/2005, de medidas sanitarias frente al tabaquismo, del Real Decreto 579/2017, y por la implementación del Plan Nacional Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027. Con varias modificaciones legislativas en el punto de mira, se ha hablado mucho de cómo afectarán a la distribución y el consumo de tabaco. Pero más allá de las normas que se han puesto sobre la mesa, queda la pregunta: ¿estamos enfocando estas medidas de manera realista?

Las propuestas de estas normativas han encendido un profundo debate. Ampliar los espacios sin humo, imponer empaquetados genéricos y prohibir sabores en los vapeadores son ideas que pueden parecer buenas sobre el papel, pero ¿qué pasa cuando las llevamos a la práctica?

El debate del empaquetado genérico
Hablemos del empaquetado genérico, una de las medidas más destacadas y controvertidas. Francia implementó esta medida en 2017 y, según datos oficiales del sector, no ha logrado el objetivo de reducir el consumo de tabaco. De hecho, el contrabando se disparó hasta representar el 30% del mercado total, incrementando la presencia de productos ilegales y no regulados.

En Australia, pionera en esta medida desde 2012, tampoco se han observado resultados concluyentes en la reducción del tabaquismo. Un estudio de Deloitte de 2019 mostró que el consumo de tabaco había aumentado un 0,9% ese año, evidenciando que el empaquetado genérico no había tenido el efecto esperado.

Entonces, ¿por qué aplicar una medida que ya sabemos que genera más problemas de los que resuelve? Desde la Unión Provincial de Estanqueros de Lleida proponemos alternativas que no solo protejan la salud pública, sino que también garanticen la viabilidad del sector. Regulaciones como la uniformidad de precios por marca o limitar promociones son propuestas más realistas y con menos efectos colaterales.

Los vapeadores y los sabores
Otro tema espinoso es la prohibición de sabores en los productos de vapeo. Es cierto que los menores no deberían tener acceso a estos productos, pero restringir los sabores también afecta a los adultos que buscan opciones para dejar de fumar. Aquí tenemos un buen ejemplo de cómo una medida pensada para proteger puede acabar causando más perjuicio que beneficio.

En lugar de prohibir, es necesario reforzar el control. Los estancos son el único lugar donde se puede garantizar que solo adultos compren estos productos, con trazabilidad y verificación de edad. Prohibir los sabores sin abordar el problema real —las ventas en línea sin control— solo empeorará la situación.

El 2025: un año clave para el sector
Con las modificaciones legislativas a punto de aprobarse, el 2025 será un año decisivo. Las propuestas de ampliar los espacios libres de humo, aplicar nuevos impuestos e imponer el empaquetado genérico pueden cambiar completamente el panorama del sector. Y aunque muchos de estos cambios están pensados para mejorar la salud pública, hay que tener cuidado de no penalizar a un sector que ya trabaja bajo un estricto control y que es esencial para evitar la venta a menores y el mercado ilegal.

Una mirada hacia el futuro
Los estancos no solo son puntos de venta; son un pilar fundamental para mantener el equilibrio entre la regulación y la distribución responsable. En lugar de medidas drásticas y poco efectivas, el futuro pasa por soluciones que combinen realismo, protección de la salud y apoyo al sector.

Ahora más que nunca, es momento de escuchar las voces de los profesionales que trabajan al pie del cañón. El 2025 puede ser un año de grandes cambios, pero también de oportunidades, si se hacen las cosas con sensatez y colaboración.